Las mujeres al llegar a los 50 años, empezamos a experimentar cambios significativos a nivel hormonal que pueden alterar nuestro peso y estilo de vida.
La menopausia afecta a la producción de estrógenos, que disminuyen con fuerza e impide el desarrollo muscular de las mujeres en esta etapa de la vida, dando lugar a una acumulación de grasa, especialmente en la región abdominal.
Este desequilibrio hormonal hace que muchas mujeres que hasta entonces no habíamos sufrido un incremento significativo en nuestro peso, lo empecemos a notar y debamos cambiar nuestro estilo de vida para revertir ese impacto.
Llevar una vida saludable, en esta etapa de cambios, es imperativo si se quiere tener energía, mantener un cuerpo sano y no ganar peso.
Por un lado, es muy recomendable ser consciente de nuestros hábitos alimenticios: eliminar aquellos que nos alejan de una vida saludable e incorporar comidas a nuestro día a día, que nos dan aportan los nutrientes y la energía necesaria que necesitamos. Las legumbres, las verduras y hortalizas (cuántos más colores mejor), alimentos ricos en calcio y la proteína animal o vegetal nos ayudarán a comer saludable, pero no debemos olvidar el consumo de hidratos ni demonizarlos. Consumir hidratos, en su medida, es esencial para mantener la dieta equilibrada que necesitamos.
Por otro lado, se hace esencial no vivir una vida sedentaria. Caminar entre 8.000 y 10.000 pasos es vital para generar energía, mantenerse activo y oxidar la grasa. Pero, en muchas ocasiones, y depende de cada persona concreta, por lo que recomendamos contactar con un profesional de la salud para ello, mantenerse activo no es suficiente y es necesario realizar ejercicios de fuerza que aumenten nuestra masa muscular.
No es tarea fácil y requiere mucha consciencia de lo que se come y la actividad que se realiza, pero sin duda adquirir estos nuevos hábitos pueden ayudar a reducir el peso ganado, mantenerlo y sentirnos mejor a lo largo de esta etapa tan especial para nosotras.
